Se dice que con las olimpiadas de 1968, México entró a la era satelital cuando transmitió el evento a nivel internacional. Pero eso era una verdad a medias. Si bien tuvo que hacer todas las disposiciones técnicas para que eso se llevara a cabo, no lo hizo a través de un satélite propio sino del ATS-3, que había rentado a la NASA para enviar la señal al mundo de dicho evento.
El gran paso lo daría casi dos décadas después, el 17 de junio de 1985, cuando puso en órbita su primer satélite, el Morelos I.
Inicia la carrera espacial
La creación de los satélites artificiales, está íntimamente ligada con la exploración del espacio donde Estados Unidos y la ex Unión Soviética tuvieron los papeles primordiales. Recordemos que luego de quedar como “ganadores” en la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y Rusia lucharon por consolidarse como líderes mundiales.
A diferencia de otras guerras no hubo un ganador único, por lo que ambos se esforzaron por mostrar que eran más poderosos que el otro. El triunfo en la II GM había sido virtualmente un empate, lo que a ninguna de las dos naciones agradaba. Acabada la guerra, el campo de batalla fue el espacio sideral y comenzó ahí una larga y cruenta lucha por ser el primero en conquistarlo.El primer satélite que se puso en órbita fue el ruso Sputnik, lanzado el cuatro de octubre de 1957. Duró en órbita 92 días, un tiempo considerable tomando en cuenta que era el primer intento exitoso. A este le siguió el Pioneer IV, de Estados Unidos, cuyo lanzamiento tuvo lugar el 3 de marzo de 1959.
Su importancia
Aunque su función actual dista mucho de lo que en un principio se hubiera podido imaginar, los satélites han sido de gran utilidad. Un satélite artificial es un objeto no tripulado puesto en órbita alrededor de la Tierra, por lo que fueron los antecesores de los transbordadores.
Por un lado, los modelos creados fueron efectivos para ayudar a los científicos de ese tiempo a entender cómo funcionaban en el espacio los aparatos creados por el hombre y los materiales conocidos por él.
Fue a través de los satélites, que tanto los equipos de la Unión Soviética como de Estados Unidos, pudieron romper la fuerza de gravedad que rodea la tierra. Ayer generaron asombro y expectación, hoy son el soporte de muchas de las “comodidades”, por llamarlas de algún modo, que rodean nuestras vidas.
Su aplicación abarca materias como la geodesia (forma de la tierra), importante, entre otras cosas, para la elaboración de mapas más exactos. También se les usa en la meteorología, con prácticas imágenes nos permite prever catástrofes causadas por la naturaleza, como es el caso de los huracanes.
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